Corre el año 1989 y el ex-jugador de los Knicks Phil Jackson sustituye a Tic-Tac Collins en el banquillo del Chicago Stadium. Era la pieza que faltaba. 65 victorias en 97 partidos. La química del vestuario mejora y Jordan se muestra feliz y determinado, les regala 69 puntos a los Cavs en el Richfield Coliseum y ganan 8 partidos más que la temporada anterior. Tras derrotar a Milwaukee y Philadelphia comodamente, Los Bad Boys se cruzan por 3º año consecutivo en el camino de los Toros. Les hicieron sudar como nunca, les forzaron 7 partidos, pero no pudieron en el sprint final. 3 de Junio de 1990. La derrota que escuece como nunca. Las opciones de los Bulls quedan reducidas a 74 pírricos puntos en el 7º encuentro, que chocan contra el muro de hormigón de los Thomas, Dumars, Laimbeer y compañía. Auburn Hills vuelve a ser el fin del trayecto para el señor Jordan y sus secuaces.
En el vestuario del Palace, flashes y cámaras se hallan al acecho de la presa, que derrotada y capturada derrama lagrimas de impotencia. Michael se hace una promesa: Never More. El equipo ya estaba echo, pero todos juntos deberían pasar otra vez la última prueba de fuego. Y a partir de ese día ya nada sería igual.
"Love is the force that ignites the spirit and binds teams together" Phil Jackson.
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